por Daniel Raventós, en La fábula ciencia
En un mundo como el de principios del siglo XXI, donde la acumulación privada de grandes fortunas convive con la más absoluta de las miserias, la libertad para centenares de millones de personas está seriamente amenazada cuando no ha sido suprimida ya completamente. La Renta Básica es un mecanismo institucional, dadas las condiciones socioeconómicas del nuevo siglo, para garantizar al conjunto de la ciudadanía, y a los residentes acreditados, la existencia material. De ahí el valor inmenso que esta propuesta puede llegar a tener en los próximos años.
Ningún observador ilustrado moderadamente inteligente podría sondear el estado del planeta y concluir que se puede arreglar sin una transformación profunda. En este sentido son los pragmatistas duros, y no los izquierdistas melenudos, los soñadores ingenuos.
Terry Eagleton.
Sobre la Renta Básica se han dicho muchas cosas, a favor y en contra. En ambos lados de la barricada podemos encontrar razones poderosas, razones de segunda división y sinrazones de desecho. Sea o no una lástima, ello es inevitable cuando esta original propuesta va siendo cada vez más conocida entre distintos agentes sociales. Yo estoy en un lado de la barricada, el de los que defienden la Renta Básica, y voy a intentar, de acuerdo con el título de este artículo, aportar algunas razones en su favor.
¿Qué es la Renta Básica?
Es un ingreso pagado por el estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre, o dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quién conviva.
“Un ingreso pagado por el estado”. “Estado” puede aludir a una institución jurídico-política mayor que la de los estados-nación realmente existentes, como sería el caso de la Unión Europea; o puede referirse a ámbitos jurídico-políticos menores que el del estado-nación.
“A cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente”. En los distintos modelos de financiación de la Renta Básica hay variaciones de cuantía, de inclusión o no de los menores, de edades, de modo que se percibiría más o menos cantidad según la edad, etc. Pero en todos los casos se trata de una cantidad monetaria que recibirían los ciudadanos individual y universalmente, de modo que, por ejemplo, no estaría condicionado a determinados niveles de pobreza.
“Incluso si no quiere trabajar de forma remunerada”. Aunque luego insistiré sobre este aspecto, ahora solamente quiero dejar apuntado que muy a menudo se interpreta “trabajo” como sinónimo de “trabajo remunerado” o “empleo”. Hay buenas razones para pensar que la siguiente tipología es más adecuada: por un lado, trabajo con remuneración en el mercado; por otro lado, el trabajo doméstico, y, asimismo, el trabajo voluntario.
“Sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta”. A diferencia de los subsidios condicionados a un nivel de pobreza o de situación, la Renta Básica la recibe igual un rico que un pobre, lo que no quiere decir que ricos y pobres ganan; en realidad, en toda propuesta políticamente interesante de Renta Básica, los segundos ganan los primeros pierden. Financiar una Renta Básica no es imposible, ni tiene unos costos de otro mundo, lo que no significa afirmar que no es conflictiva políticamente. Cuando unos sectores sociales ganan y otros pierden, el conflicto está servido. En realidad, la Renta Básica, en este punto, no tiene nada de especial. Es conflictiva como lo han sido muchas medidas que a lo largo de los dos últimos siglos se han ido aplicando, con mayores o menores resistencias. Si la Renta Básica es concebida como un derecho de ciudadanía, excluye toda condición adicional. Como el derecho ciudadano al sufragio universal, la propuesta de la Renta Básica no impone condiciones adicionales a las de ciudadanía.
“Sin importar con quién conviva”. La Renta Básica no favorece una forma de convivencia determinada. Vivan bajo un mismo techo una pareja heterosexual o personas de varias generaciones, o un grupo de amigos o una pareja homosexual, todas ellas son formas de convivencia completamente independientes del derecho a percibir una Renta Básica.
No es una subvención, un subsidio o un seguro condicionado. Ni presupone la satisfacción de algún requisito, como el de demostrar un determinado estado de pobreza, estar buscando trabajo remunerado o haber perdido el empleo. Esta característica de la Renta Básica, la de no estar condicionada a requisito alguno distinto del ciudadanía o residencia acreditada, la distingue claramente del subsidio de desempleo, de los subsidios agrarios, de programas tales como “jefes y jefas de familia” argentinos, de las rentas mínimas de inserción que, centralizadamente, contempla la república francesa o, descentralizadamente, el reino de España.
Puede observarse que la Renta Básica es formalmente laica, incondicional y universal. Se percibiría, en efecto, independientemente del sexo al que se pertenezca, del nivel de ingresos que se posea, de la confesión religiosa que se profese y de la orientación sexual que se tenga.
Pero no hay propuesta sin críticos ni malentendidos...[leer el resto del artículo]
Ningún observador ilustrado moderadamente inteligente podría sondear el estado del planeta y concluir que se puede arreglar sin una transformación profunda. En este sentido son los pragmatistas duros, y no los izquierdistas melenudos, los soñadores ingenuos.
Terry Eagleton.
Sobre la Renta Básica se han dicho muchas cosas, a favor y en contra. En ambos lados de la barricada podemos encontrar razones poderosas, razones de segunda división y sinrazones de desecho. Sea o no una lástima, ello es inevitable cuando esta original propuesta va siendo cada vez más conocida entre distintos agentes sociales. Yo estoy en un lado de la barricada, el de los que defienden la Renta Básica, y voy a intentar, de acuerdo con el título de este artículo, aportar algunas razones en su favor.
¿Qué es la Renta Básica?
Es un ingreso pagado por el estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre, o dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quién conviva.
“Un ingreso pagado por el estado”. “Estado” puede aludir a una institución jurídico-política mayor que la de los estados-nación realmente existentes, como sería el caso de la Unión Europea; o puede referirse a ámbitos jurídico-políticos menores que el del estado-nación.
“A cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente”. En los distintos modelos de financiación de la Renta Básica hay variaciones de cuantía, de inclusión o no de los menores, de edades, de modo que se percibiría más o menos cantidad según la edad, etc. Pero en todos los casos se trata de una cantidad monetaria que recibirían los ciudadanos individual y universalmente, de modo que, por ejemplo, no estaría condicionado a determinados niveles de pobreza.
“Incluso si no quiere trabajar de forma remunerada”. Aunque luego insistiré sobre este aspecto, ahora solamente quiero dejar apuntado que muy a menudo se interpreta “trabajo” como sinónimo de “trabajo remunerado” o “empleo”. Hay buenas razones para pensar que la siguiente tipología es más adecuada: por un lado, trabajo con remuneración en el mercado; por otro lado, el trabajo doméstico, y, asimismo, el trabajo voluntario.
“Sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta”. A diferencia de los subsidios condicionados a un nivel de pobreza o de situación, la Renta Básica la recibe igual un rico que un pobre, lo que no quiere decir que ricos y pobres ganan; en realidad, en toda propuesta políticamente interesante de Renta Básica, los segundos ganan los primeros pierden. Financiar una Renta Básica no es imposible, ni tiene unos costos de otro mundo, lo que no significa afirmar que no es conflictiva políticamente. Cuando unos sectores sociales ganan y otros pierden, el conflicto está servido. En realidad, la Renta Básica, en este punto, no tiene nada de especial. Es conflictiva como lo han sido muchas medidas que a lo largo de los dos últimos siglos se han ido aplicando, con mayores o menores resistencias. Si la Renta Básica es concebida como un derecho de ciudadanía, excluye toda condición adicional. Como el derecho ciudadano al sufragio universal, la propuesta de la Renta Básica no impone condiciones adicionales a las de ciudadanía.
“Sin importar con quién conviva”. La Renta Básica no favorece una forma de convivencia determinada. Vivan bajo un mismo techo una pareja heterosexual o personas de varias generaciones, o un grupo de amigos o una pareja homosexual, todas ellas son formas de convivencia completamente independientes del derecho a percibir una Renta Básica.
No es una subvención, un subsidio o un seguro condicionado. Ni presupone la satisfacción de algún requisito, como el de demostrar un determinado estado de pobreza, estar buscando trabajo remunerado o haber perdido el empleo. Esta característica de la Renta Básica, la de no estar condicionada a requisito alguno distinto del ciudadanía o residencia acreditada, la distingue claramente del subsidio de desempleo, de los subsidios agrarios, de programas tales como “jefes y jefas de familia” argentinos, de las rentas mínimas de inserción que, centralizadamente, contempla la república francesa o, descentralizadamente, el reino de España.
Puede observarse que la Renta Básica es formalmente laica, incondicional y universal. Se percibiría, en efecto, independientemente del sexo al que se pertenezca, del nivel de ingresos que se posea, de la confesión religiosa que se profese y de la orientación sexual que se tenga.
Pero no hay propuesta sin críticos ni malentendidos...[leer el resto del artículo]
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