Hace falta una Nueva Democracia en la que los ciudadanos tengan de hecho la palabra, sean personas políticamente activas. No una vez cada cuatro años en las elecciones, sino en el día a día de la vida política.
Este ideal es seguramente compartido por todos los demócratas. El problema es cómo se pone en práctica, cómo cambiamos nuestra democracia.
Nuestra democracia no va a cambiar si no cambiamos antes el sistema electoral porque es a través del sistema electoral como adquieren el poder los políticos y es a través del actual sistema electoral como pierden el poder los españoles.
Hace falta una nueva ley electoral porque el sistema electoral vigente ofrece graves deficiencias que no se van a corregir con pequeños cambios.
La propuesta de CERLE es muy clara:
1. Voto Uninominal
cada ciudadano vota a una persona entre la lista general de los candidatos de un distrito. Los candidatos forman una lista, pero el ciudadano no vota a una lista, sino a una persona, aquella que le merece su confianza.
Pero si el distrito es también uninominal (es elegido un solo diputado por distrito como es el caso inglés), los que han votado a un candidato que no ha sido elegido se quedan sin representante.
ESTO NO ES JUSTO.
Por eso proponemos distritos plurinominales:
2. Distritos Plurinominales
Cada distrito elige a varios diputados (podrían ser 6, 7, 8... según se determine), con lo cual los ciudadanos tienen muchas más posibilidades de que su candidato salga elegido. Naturalmente salen elegidos los candidatos que hayan obtenido más votos.
Pero también así se puede plantear el problema del apartado anterior: los que han votado a un candidato que no sale elegido se quedan sin representante.
ESTO NO ES JUSTO.
Por eso proponemos voto transferible:
3. Voto Transferible
cada ciudadano puede marcar en su papeleta dos candidatos, uno con el número 1 y otro con el número 2, de modo que si el señalado con el 1 no sale elegido por no haber conseguido suficientes votos, el voto va para el señalado con el número 2.
Tenemos ya elegidos a los representantes. Uno puede ser elegido con 30.000 votos y otro solamente con 3.000. En el sistema actual el voto de esos dos diputados vale lo mismo; todos los votos de los diputados valen lo mismo, aunque uno tenga tras sí a 30.000 ciudadanos y otro solamente a 3.000.
ESTO NO ES JUSTO.
Por eso proponemos voto desigual de los representantes:
4. Voto desigual de los Representantes
El voto de cada representante vale exactamente el número de votos que le han dado sus ciudadanos. Cuando un diputado aprieta el botón para votar, podemos decir que pone sobre la mesa todos los votos de los ciudadanos que lo han elegido.
Hasta ahora el resultado de una votación en el Congreso de los Diputados puede ser, por ejemplo, 182 votos a favor, 131 en contra, 47 abstenciones. Con nuestra propuesta el resultado podría ser, por ejemplo, 12.325.837 votos a favor, 7.100.221 en contra, 6.003.250 abstenciones. Esto quiere decir que en vez de votar una vez cada cuatro años, yo estaré votando cada vez que lo haga mi representante. El ciudadano participa así en las decisiones políticas que tome la cámara de los representantes.
Esto quiere decir que yo sé en cada momento qué es lo que hace en general mi representante (si interviene, si se calla, si propone algo...) porque sé quién es, lo que está haciendo en concreto con mi voto, cómo lo está empleando.
sábado, 23 de diciembre de 2006
nueva ley electoral
CERLE quiere una nueva ley electoral
Etiquetas:
democracia,
ley electoral
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