Del pecado de escamotear a los españoles los problemas de fondo es también culpable, en mi opinión, Rajoy. Si el próximo domingo pierde las elecciones, como parecen indicar las encuestas, habrá perdido por partida doble: perdido ese Poder que ansía en el corto plazo, y perdido una gran oportunidad para haber recorrido pueblos y ciudades hablando a los ciudadanos de la deriva de España hacia la balcanización, de la jibarización del Estado a cuenta del apetito insaciable de los nacionalismos, de la ausencia de libertades básicas en buena parte del territorio, del estado comatoso de la Justicia, de la corrupción galopante que se ha adueñado de la España del boom inmobiliario, de la postración de unos medios de comunicación cada vez más sectarios, y de tantas cosas más que tienen que ver con la calidad de vida democrática, que es, al fin y a la postre, lo determinante en la vida de los ciudadanos.Es un escándalo que ninguno de los dos grandes partidos haya dicho todavía nada de lo ocurrido con la Sala Segunda del TC en relación al caso Albertos, salvo la cínica y oportunista salida del FGE, Conde Pumpido, dispuesto a rasgarse las vestiduras ahora después de haber maniatado a la Fiscalía en el caso de las cesiones de crédito de Emilio Botín, por ejemplo. Lo asombroso del panorama español es que la cúpula del Partido Popular, única fuerza que sostiene un discurso nacional consistente, todavía no haya interiorizado primero y traducido a sus mensajes públicos después, la proximidad del abismo al que nos conduce la mezcla de relativismo moral, improvisación frívola y sectarismo del que hace gala Rodríguez Zapatero, y las haya traducido en un discurso de altura orientado hacia ese gran pacto entre PP y PSOE capaz de abordar una reforma en profundidad de la Constitución del 78.
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lunes, 3 de marzo de 2008
un país sin calidad democrática
Del artículo de hoy de Jesús Cacho en El Confidencial:
Etiquetas:
elecciones 2008,
JesúsCacho
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