Escribe Teresa Giménez Barbat en mujer-pez:
Carlos Martinez Gorriaran dice en su blog que el bipartidismo, la división de la opción de voto en dos posturas claras y cada vez más irreconciliables es una característica de la política española global, pero que eso no tendría que ser así necesariamente y pone como ejemplo a Cataluña y al País Vasco. Dice que "las sociedades vasca y catalana son las más divididas de España por el nacionalismo, y la variedad de partidos que sus ciudadanos votan expresan esa complejidad social. La complejidad que el bipartidismo intenta asesinar, precisamente."
Yo considero que el problema es exactamente el mismo. Sólo que en estas autonomías las necesidades de los políticos, que no de la ciudadanía, son otras. En España, los políticos persiguen de manera interesada intensificar la brecha de lo que una vez se llamó "las dos Españas". Pero en Cataluña todo el mundo sabe que existe el PUC (partit únic català) compuesto por todos los partidos nacionalistas, incluido y brillando con luz voluntariosa, el PSC. El cultivo de la brecha también es un cultivo local. Aquí existen los buenos y los malos catalanes y que haya un arco más amplio para votar es sólo apariencia. Hasta que ha llegado UPyD, no ha existido un partido transversal y no nacionalista que diera una opción al no nacionalista y que pretendiera superar también la dicotomía fratricida de la derecha y la izquierda. Ciutadans lo quiso una vez, pero se le comió el tópico.
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