Puede reconocérseles a Zapatero y Rajoy el mérito de, tras acordar un modelo de debate que nada tiene que ver con los debates, que anda más cerca del teatro que del periodismo, añade la novedad -¿mundial?- de que sus protagonistas para abrir y cerrar sus intervenciones, no hablan. Leen el texto que aparece en el telepromting de la cámara que les encuadra. En mis años de espectador de boxeo en el Circo Price -hoy ministerio de Cultura-, o de forofo del catch and catch en la cuesta del Gas de Madrid, todos hubiéramos gritado: ¡tongo! Pero los tiempos han cambiado, al desinterés se le llama tolerancia, a la falta de principios éticos se la conoce como progresismo y la exigencia y el rigor constituyen una grave falta de educación ciudadana.Lo peor del debate, lo que lo convierte en deprimente para muchos ciudadanos, los más amantes de la democracia que fervorosos de la partitocracia, es que ninguno de los dos contendientes, entretenidos con lo anecdótico, hablara de resucitar a Montesquieu, de cuerpo presente desde que lo fulminó Felipe González, y volver a establecer la independencia entre los poderes del Estado. Sin ese trámite, todo lo demás es incierto. En la victoria o en la derrota.
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miércoles, 5 de marzo de 2008
el "telepromting" y Montesquieu
Fuente: Manuel Martín Ferrand en ABC
Etiquetas:
elecciones 2008,
Manuel Martín Ferrand,
Montesquieu,
razones para no votar
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