Es un acérrimo opositor de las políticas de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), con el plus que supone haber trabajado en alguna de ellas. Joseph Stiglitz (Indiana, Estados Unidos, 1943) estuvo en Madrid para exponer sus ideas en la Fundación Rafael del Pino y presentar su último libro, Cómo hacer que funcione la globalización (Taurus), donde propone soluciones "a las cuestiones más urgentes de la actual controversia de la globalización".
Le pega un buen repaso a las instituciones y Estados del primer mundo.
Hay disparidad entre lo que dicen que hacen y lo que hacen. El FMI dice que intenta crear mercados financieros estables pero fomenta la liberalización de mercados de capitales, uno de los elementos más importantes para desestabilizar los mercados financieros. Se centraban en que los prestamistas occidentales recibiesen su dinero, cuando eso significaba que el país que pagaba la deuda profundizaba su recesión.
Está hablando en pasado, ¿ha cambiado esta situación?
Ocurrió y sigue ocurriendo, pero ha habido alguna reforma y, las instituciones, según ellas mismas, están sujetas a un mayor análisis de la población. Algunas políticas han tenido que cambiar, aunque sigue siendo el inicio de lo que hay que hacer.
¿Por qué existe esa disparidad entre el discurso y los hechos?
Por motivos ecónomicos, mala aplicación de los principios y cuestiones ideológicas. Las instituciones no son democráticas y no reflejan los intereses de los países pobres sino de los industrializados.
Usted afirma que el debate no es qué cambios hacer, sino cuándo hacerlos.
Yo digo que debido a los problemas mencionados habrá crisis, y también una exigencia de los ciudadanos de que se produzca un cambio, pero si los cambios se realizan como respuesta a una crisis es muy probable que no se hagan adecuadamente. Las crisis impiden pensar claramente.
¿Tiene que haber un tercer mundo para que el primero mantenga su nivel de vida?
No. Algunos del primer mundo se han enriquecido explotando el tercero, pero yo creo que los países desarrollados se beneficiarán de un mayor crecimiento y estabilidad en los países en desarrollo. Los problemas en estos países generan problemas en el mundo desarrollado. Los ingresos bajos en países en desarrollo generan presiones migratorias, las enfermedades se propagan hacia los países desarrollados... También el terrorismo. En los últimos años uno de los principales motores del crecimiento mundial han sido China y la India.
¿En qué se basa su éxito frente a los países africanos?
China ha crecido un 9,7% durante 30 años e India un 5% ó 6% durante 25 años. Son crecimientos sin precedentes. Han logrado gestionar a su favor la globalización. No aceptaron la ideología y los principios del FMI, se dieron cuenta de que no se puede construir fábricas con dinero que entra y sale del país -los flujos especulativos de capital- porque eso da inestabilidad y no creciemiento. Han reconocido la función esencial que tiene el Gobierno a la hora de promover la educación o la tecnología mientras el FMI decía que el mercado iba a ocuparse de resolver los problemas.
La UE ha enviado a altos funcionarios a trabajar sobre el terreno para conocer sus proyectos. ¿Deberían hacerlo también el FMI y el BM?
Creo que sí, es importante que haya gente sobre el terreno. El BM descentralizó y movió mucho de su personal. Fue un paso importante porque los asesores veían cómo sus consejos funcionaban y cómo la población local los aplicaba. Una de las cosas con las que ayudar a los países son las trasferencias de conocimiento: lo que funciona en un país puede funcionar en otro, y para ello es necesaria una institución mundial que pueda trabajar en distintos países. Pero el FMI no ha hecho nada de esto.
¿Qué opina de la nueva relación entre China y África, basada en que los asiáticos importan petróleo y exportan materias primas?
En la guerra fría, EE UU y Rusia competían para ganarse el corazón y las mentes de los africanos dando miles de millones a gente como Mobutu, dinero que no llegaba a los congoleños sino a los bancos suizos. Cuando acabó la guerra fría la competencia cesó y empezamos a tratar a esos países terriblemente, no hemos pagado lo que costaban sus recursos. Ahora competimos con China, y varios países africanos ya se están beneficiando de la capacidad de exportar materias primas. Es la primera oportunidad que se les ha dado para crecer en mucho tiempo.
miércoles, 29 de noviembre de 2006
entrevista a Stiglitz
En ADN entrevistan a Joseph E. Stiglitz
Etiquetas:
Stiglitz
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