dos artículos sobre negocios y derechos humanos en Turquía, en Noticias.com y Libertad Digital
Las empresas españolas parten como favoritas en el proceso privatizador que emprenderá Turquía
13/11/06 - Redacción
Las empresas españolas parten como favoritas en el proceso privatizador que emprenderá próximamente el gobierno turco. Así se ha puesto de manifiesto durante el encuentro que han mantenido hoy las empresas españolas con el primer Ministro de la República de Turquía, R. Tayyil Erdogan y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Empresas como Caf, BBVA, Banco de Sabadell, Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Grupo Antolín, Ficosa, Caixa, Indra, Mango o OHL, entre otras, componen la delegación empresarial que se ha desplazado a Turquía, presidida por Gerardo Díaz Ferrán, en calidad de vicepresidente del Consejo de Cámaras de Comercio y de la Ceoe.
Además del proceso privatizador, en el encuentro se ha puesto de manifiesto que infraestructuras, turismo, energía, banca o componentes de automóvil son los sectores con más posibilidades para las empresas españolas. Estas actividades productivas representan un nicho de mercado significativo en un país como Turquía, con una población de 72 millones de habitantes y un ritmo de crecimiento económico superior a la media de los países de la Unión Europea. De hecho, para 2006 se espera un crecimiento del PIB en torno al 5%.
A pesar del esfuerzo de las empresas españolas, como es el caso de Caf, que ha ganado un concurso internacional para suministrar diez trenes de alta velocidad para cubrir el trayecto Estambul-Ankara, el volumen de inversión española en este país sigue siendo el punto más débil en las relaciones económicas y comerciales entre España y Turquía. En 2005, la inversión española en Turquía ha dado un salto cuantitativo al alcanzar los 56 millones de euros, un 2% del total de inversión española en el exterior.
La inversión española representa un 1,98% de la inversión extranjera total en Turquía, siendo el séptimo inversor comunitario y el decimoprimero a nivel mundial. Los principales destinos de la inversión española, en 2005, fueron el comercio al por menor, las actividades inmobiliarias o la extracción minera.
En cuanto a las relaciones comerciales, España exportó a Turquía, en el periodo enero-julio 2006, por valor de algo más de 1.695 millones de euros, cifra que representa un incremento del 18% respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, las importaciones alcanzaron los 1.990 millones de euros, por lo que el saldo comercial es deficitario para España en 294,900 millones de euros.
Los vehículos automóviles son los productos españoles con más éxito en el mercado turco y sus ventas ascendieron, en enero-julio de este año, a más de 542,412 millones de euros. Le siguen en importancia los capítulos de calderas, máquinas y aparatos mecánicos con un total 232, 239 millones de euros; plástico y sus manufacturas (122,269 millones); fundición, hierro y acero (98,706 millones) y máquinas y material eléctrico (75,363 millones de euros).
Escribe también sobre Turquía José García Domínguez:
Derya Aksakal también es socialista, como el hombrín que aparece bromeando con Erdogan en todas esas fotos. Sin embargo, ella no sonríe nunca. El tres de marzo del año pasado perdió definitivamente las ganas. Aquel día, un grupo de encapuchados la abordó en una callejuela de su ciudad, Estambul. Luego, le vendaron los ojos y la metieron a empujones en una furgoneta. Derya reconoció a uno por la voz. Así, antes de que empezasen a interrogarla en el almacén abandonado supo que estaba en manos de la secreta. Más tarde, también descubriría que sus secuestradores eran fumadores compulsivos; en concreto, cuando apagaron un paquete de cigarrillos por todos los rincones de su cuerpo.
Aunque lo peor llegaría al extinguirse la llama de la última colilla en el cenicero de su piel. Entonces le anunciaron que iban a matarla. Una sentencia habitual en Turquía, por lo demás. En los últimos doce meses, veintiuna personas han aparecido acribilladas a tiros por negarse a obedecer el "alto" de la Policía. Y Derya habría sido la número veintidós, si aquellos funcionarios no hubieran estado de buen humor. Pero lo estaban. De ahí que su posterior simulacro de ejecución contra un muro no fuese más que una broma. Otra. Igual que las que parecen gastar Erdogan y el tipo que luce sonriendo a su lado en todas esas fotos.
Quizá Aydin Ay ni siquiera sepa quién es el extranjero risueño que abraza a su presidente en la pantalla del televisor. Porque Aydin Ay no sabe casi nada. Lo único que sabe Aydin Ay es que un 27 de octubre lo detuvieron. Que primero lo desnudaron. Que después lo sometieron a descargas eléctricas por todo el cuerpo. Que se centraron con un detenimiento obsesivo en sus testículos. Y que, al final, le obligaron a firmar un documento cuyo contenido aún ignora.
En cambio, la activista pro derechos humanos Gulbahar Gunduz sí conoce muchas cosas; tal vez, demasiadas. Algo que la obliga a ser escéptica. Por ejemplo, ella no termina de creer que Zapatero y Erdogan vayan a coproducir una película sobre su historia. Aquella que empezó en Estambul un 14 de junio, cuando fue secuestrada por unos policías vestidos de civil; los mismos que más tarde la condujeron a un edificio desconocido, donde la violarían por turnos.
El caso de S.T., un adolescente de 16 años, también viene recogido en el último Informe de Amnistía Internacional sobre Turquía. Le taparon la cabeza con una bolsa y lo ataron de pies y manos. Ocurrió el pasado 26 de noviembre. Al parecer, querían saber del paradero de su hermano mayor. Pero no podía ayudarles: lo ignoraba. Ahora, no recuerda cuántas horas permaneció inconsciente en la puerta del cementerio. Tampoco el objeto con que le golpearon en la cabeza. Aunque cree que pudiera tratarse de la culata de la misma pistola que apoyaron en su sien mientras le gritaban. Por lo demás, S.T. no sabe hablar español. Razón de que tampoco hubiese podido entender al tipo feliz que siempre sonríe, cuando sentenció: "Con violencia, nada de nada".
Las empresas españolas parten como favoritas en el proceso privatizador que emprenderá Turquía
13/11/06 - Redacción
Las empresas españolas parten como favoritas en el proceso privatizador que emprenderá próximamente el gobierno turco. Así se ha puesto de manifiesto durante el encuentro que han mantenido hoy las empresas españolas con el primer Ministro de la República de Turquía, R. Tayyil Erdogan y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Empresas como Caf, BBVA, Banco de Sabadell, Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Grupo Antolín, Ficosa, Caixa, Indra, Mango o OHL, entre otras, componen la delegación empresarial que se ha desplazado a Turquía, presidida por Gerardo Díaz Ferrán, en calidad de vicepresidente del Consejo de Cámaras de Comercio y de la Ceoe.
Además del proceso privatizador, en el encuentro se ha puesto de manifiesto que infraestructuras, turismo, energía, banca o componentes de automóvil son los sectores con más posibilidades para las empresas españolas. Estas actividades productivas representan un nicho de mercado significativo en un país como Turquía, con una población de 72 millones de habitantes y un ritmo de crecimiento económico superior a la media de los países de la Unión Europea. De hecho, para 2006 se espera un crecimiento del PIB en torno al 5%.
A pesar del esfuerzo de las empresas españolas, como es el caso de Caf, que ha ganado un concurso internacional para suministrar diez trenes de alta velocidad para cubrir el trayecto Estambul-Ankara, el volumen de inversión española en este país sigue siendo el punto más débil en las relaciones económicas y comerciales entre España y Turquía. En 2005, la inversión española en Turquía ha dado un salto cuantitativo al alcanzar los 56 millones de euros, un 2% del total de inversión española en el exterior.
La inversión española representa un 1,98% de la inversión extranjera total en Turquía, siendo el séptimo inversor comunitario y el decimoprimero a nivel mundial. Los principales destinos de la inversión española, en 2005, fueron el comercio al por menor, las actividades inmobiliarias o la extracción minera.
En cuanto a las relaciones comerciales, España exportó a Turquía, en el periodo enero-julio 2006, por valor de algo más de 1.695 millones de euros, cifra que representa un incremento del 18% respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, las importaciones alcanzaron los 1.990 millones de euros, por lo que el saldo comercial es deficitario para España en 294,900 millones de euros.
Los vehículos automóviles son los productos españoles con más éxito en el mercado turco y sus ventas ascendieron, en enero-julio de este año, a más de 542,412 millones de euros. Le siguen en importancia los capítulos de calderas, máquinas y aparatos mecánicos con un total 232, 239 millones de euros; plástico y sus manufacturas (122,269 millones); fundición, hierro y acero (98,706 millones) y máquinas y material eléctrico (75,363 millones de euros).
Escribe también sobre Turquía José García Domínguez:
Derya Aksakal también es socialista, como el hombrín que aparece bromeando con Erdogan en todas esas fotos. Sin embargo, ella no sonríe nunca. El tres de marzo del año pasado perdió definitivamente las ganas. Aquel día, un grupo de encapuchados la abordó en una callejuela de su ciudad, Estambul. Luego, le vendaron los ojos y la metieron a empujones en una furgoneta. Derya reconoció a uno por la voz. Así, antes de que empezasen a interrogarla en el almacén abandonado supo que estaba en manos de la secreta. Más tarde, también descubriría que sus secuestradores eran fumadores compulsivos; en concreto, cuando apagaron un paquete de cigarrillos por todos los rincones de su cuerpo.
Aunque lo peor llegaría al extinguirse la llama de la última colilla en el cenicero de su piel. Entonces le anunciaron que iban a matarla. Una sentencia habitual en Turquía, por lo demás. En los últimos doce meses, veintiuna personas han aparecido acribilladas a tiros por negarse a obedecer el "alto" de la Policía. Y Derya habría sido la número veintidós, si aquellos funcionarios no hubieran estado de buen humor. Pero lo estaban. De ahí que su posterior simulacro de ejecución contra un muro no fuese más que una broma. Otra. Igual que las que parecen gastar Erdogan y el tipo que luce sonriendo a su lado en todas esas fotos.
Quizá Aydin Ay ni siquiera sepa quién es el extranjero risueño que abraza a su presidente en la pantalla del televisor. Porque Aydin Ay no sabe casi nada. Lo único que sabe Aydin Ay es que un 27 de octubre lo detuvieron. Que primero lo desnudaron. Que después lo sometieron a descargas eléctricas por todo el cuerpo. Que se centraron con un detenimiento obsesivo en sus testículos. Y que, al final, le obligaron a firmar un documento cuyo contenido aún ignora.
En cambio, la activista pro derechos humanos Gulbahar Gunduz sí conoce muchas cosas; tal vez, demasiadas. Algo que la obliga a ser escéptica. Por ejemplo, ella no termina de creer que Zapatero y Erdogan vayan a coproducir una película sobre su historia. Aquella que empezó en Estambul un 14 de junio, cuando fue secuestrada por unos policías vestidos de civil; los mismos que más tarde la condujeron a un edificio desconocido, donde la violarían por turnos.
El caso de S.T., un adolescente de 16 años, también viene recogido en el último Informe de Amnistía Internacional sobre Turquía. Le taparon la cabeza con una bolsa y lo ataron de pies y manos. Ocurrió el pasado 26 de noviembre. Al parecer, querían saber del paradero de su hermano mayor. Pero no podía ayudarles: lo ignoraba. Ahora, no recuerda cuántas horas permaneció inconsciente en la puerta del cementerio. Tampoco el objeto con que le golpearon en la cabeza. Aunque cree que pudiera tratarse de la culata de la misma pistola que apoyaron en su sien mientras le gritaban. Por lo demás, S.T. no sabe hablar español. Razón de que tampoco hubiese podido entender al tipo feliz que siempre sonríe, cuando sentenció: "Con violencia, nada de nada".
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