CIUTADANS, EL PARTIDO LIMA PARA DERROTAR AL PSOE. Se dice que en España se lucha a garrotazos, como en el cuadro de Goya, y que en Catalunya se estila más el florete o el punyalet.
Eso dice el tópico, pero pronto deberemos hablar de la lima como arma de la posmodernidad hispánica. El 3% de Ciutadans ha reactivado en cuestión de horas la vieja hipótesis del partido bisagra: la tercera vía tantas veces soñada en Madrid para reducir la capacidad de contratación de los nacionalistas, especialmente los catalanes, en el Congreso. Superada con éxito la primera prueba, el Partido de la Ciudadanía podría desembarcar en el resto de España. Objetivo prioritario: atraer a los electores de izquierdas molestos y disconformes con el PSOE por su excesiva vecindad con los nacionalistas (especialmente los catalanes). Puesto que la ley D´Hondt no está para bromas, bastaría con que la lima redujese el voto socialista en un dos por ciento para que un puñado de escaños cayese en el cesto del PP. Certera puñalada..., si el cálculo no yerra.
¡AUDIENCIA!, SOBRE TODO AUDIENCIA. Eduardo Zaplana, el periodista Ramírez y el radiofonista Losantos creen que el cálculo no yerra. El viejo dogma dice que es imposible implantar un nuevo partido político sin tener detrás un banco, un diario y un canal de televisión. Es verdad que internet está rebajando de manera importante los costes de intermediación, pero el despliegue del Partido de la Ciudadanía en España sólo es posible con el apoyo estratégico de un poder fuerte. La FAES es uno de ellos y ha amenazado con querellarse contra quien diga que suya es la mano que mece la cuna. Quizá sea cierto que Aznar, de momento, sólo es una esfinge expectante. Los grandes entusiasmos provienen, por ahora, de otros locutorios. Ciutadans ha demostrado ser un buen experimento mediático en un momento agonístico para los medios de comunicación. Público, audiencia y electorado son tres conceptos que se hallan en fase de fusión. Yno hay fusión sin puñaladas.
ANDALUCIA, PIEDRA DE TOQUE. El apoyo del PP al nuevo estatuto de Andalucía, decidido antes de las elecciones catalanas, dificulta, sin embargo, la operación Ciudadanos. Ello explica las acusaciones de entreguismo contra el moderado Javier Arenas, apoyado finalmente por Mariano Rajoy. El centro derecha de madera oscura y habano después de la comida desconfía de las estratagemas posmodernas: "¿Y si nos pillamos los dedos?". "Y si los votos nos los roban a nosotros?". Pero la cuestión de fondo sigue siendo otra: ¿quién lleva realmente el puñal del PP hasta las elecciones del 2008?
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