Los partidos estatales ya no son partidos de programa ideológico ni de personalidades notables. Tampoco lo son de intereses económicos. Todos defienden la propiedad privada y todos ponen el mismo celo en agradar con privilegios a las oligarquías financieras, comerciales, industriales y mediáticas. No hay en este terreno distinción entre partidos de derecha o de izquierda. Y tampoco son, como la doctrina alemana cree, partidos de integración social. Al estar completamente separados de la sociedad civil, solo pueden integrar en el Estado, en la obediencia a la autoridad, sea la que sea, a las masas que se identifican con ellos por razones familiares, religiosas, culturales o de estilo de vida.
jueves, 15 de marzo de 2007
agradar a las oligarquías...
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Etiquetas:
Antonio García-Trevijano
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