Algunos ya intuíamos que esto se iba a producir, después del arreglo del estatut catalán llegan otros arreglos y desarreglos; ya no basta con la provincia - por cierto ¿saben ustedes si desaparecieron las diputaciones provinciales?- y la región, necesitamos hechos diferenciales, realidades nacionales, nacionalidades históricas. No basta con tener innumerables parlamentos y gobiernos autonómicos con su acompañamiento funcionarial; en nombre del pueblo y de la singularidad de mi tierra café para todos, y para algunos más café.
Eso sí, todo ello trufado de nuestra particular democracia orgánica: el pueblo no ha dicho ni media palabra.
Así reproduzco un post del blog paiscantabro que enuncia ese interés en cambiar el estatuto de autonomía respectivo, ahora que yo escribo en Campoó; y que respeto pero no comparto. Nuestra vida política necesita otras reformas, y algunos derribos.
Jueves, junio 29, 2006
Movimientos de fichas y el Estatuto de Autonomía
Parece que por fin se rompen las hostilidades por lo anunciado por el Presidente del Gobierno y lo recogido en los distintos medios de comunicación, en lo que a una reforma del Estatuto de Autonomía de Cantabria. Era algo que desde este blog cantabrista se venía pidiendo y demandando y que parece que va tomando forma algo que la mayoría social de los cántabros venía pidiendo y que ha sido comentario en pasados artículos.
Es por tanto, la hora de la política con mayúsculas. La hora de hablar del futuro de Cantabria, de su pleno autogobierno (Martínez Sieso dixit en 1.998), de su desarrollo y bienestar, del futuro de los más mozos y mozas. No de cambiar unos cuantos artículos de una ley orgánica que algunos llaman Estatuto. Y eso es lo que parece o la sensación que dan algunos partidos políticos del espectro político.
Hay que sentar las bases para empezar, de la definición de Cantabria en el marco del Estado español. Y no es otra que la de nacionalidad histórica, pero no porque la pidan Aragón (PSOE), Baleares (PP) o La Rioja (PP), sino por justicia y por realidad. No hay otro pueblo en la Península Ibérica con más historia, personalidad, cultura, identidad, presencia a lo largo de los siglos, que nuestra Cantabria. Podrá haber otros pueblos con tanta como Cantabria, pero nunca con más. Mal que les pese a ciertos pueblos que van de crecida por la vida avasallando. Y el pueblo cántabro, paciente como él sólo, debe decir basta. Ya que hay café para todos, para nosotros, un cortado, con poco café y mucha leche, de Cantabria naturalmente.
Niveles competenciales pueden ser los que marquen como máximos la propia Constitución de 1.978. No es cuestión de romper el marco de relaciones con el Estado, pero si de aprovechar al máximo los límites fijados por la Carta Magna, en provecho de Cantabria, y ojo, sin perjudicar a nadie, pues si hablamos de solidaridad con el resto de pueblos del estado, Cantabria también estaría en un lugar de honor en este tema.
El capítulo de financiación también cabría decir lo mismo: lo máximo, que parece ser el 50% del IRPF y otra serie de tributos por el estilo, serían bienvenidos, pero teniendo claro que la corresponsabilidad fiscal en este tema no significa sangrar al erario y la caja del Estado, sino pedir lo que es nuestro y que en justicia lo aportamos, y lo mas importante, que esa entrada de dinero debe significar optimizar los recursos, saber invertirlos y generar mucha más riqueza con el empleo de ese dinero en el fin último de que los cántabros vivan mejor, con una riqueza mejor repartida, y la calidad de vida esté a unos niveles muy superiores a los actuales.
Dejando claro este posicionamiento cantabrista, analicemos las posturas de cada partido político: el PRC, primero en mover ficha, quiere consenso (sólo tienen 8 de 39) pues ellos solos no pueden ni instar la reforma, el PSOE, aunque sólo sea por el impulso dado en otras Comunidades está cuasi obligado a mover ficha, pero lo preocupante es que lo hacen en plan "quedabien", no en clave de construir país; y por último, el PP, que solo asoman un poco la patuca, para decir que bien, que vale, pero todos de la mano y sin exagerar los planteamientos.
Traducción del blog: el PP tiene la llave de la reforma pues sin ellos, no hay dos tercios de los votos exigidos para sacar adelante la reforma, y como lo va a plantear en límites de mínimos, esto es, cambiando aquí un artículo, en otro lado una palabra, etc., va a obligar al resto de partidos a entrar en su juego si es que quieren algún tipo de reforma del Estatuto. Fuera de la raya de 12 metros que va a trazar el PP, no va a haber tirada de bolos posible a mayores cotas de autogobierno y bienestar.
Y la cosa está clara: o se acepta una reforma alicorta de mínimos para quedar bien y cubrir el expediente, por consenso y con fotos de todos mas majos que las pesetas, o bien se va a una apuesta decidida por Cantabria en la que el PP en Cantabria actual, dada su fobia por Cantabria, no entraría, e implicaría que sacar adelante esa propuesta real y de futuro por Cantabria en la próxima legislatura y en función de unos resultados electorales que precisan para superar los dos tercios exigidos que el PP no superara los 13 diputados de los 18 actuales.
No sabemos desde este blog que carece de contactos con las Anjanas para conocer los vaticinios, pero si el pueblo toma nota, se conciencia, y ese votante del PP comprometido con Cantabria, que ya decimos que le hay, castiga con rotundidad al PP hasta bajar a 13 diputados, una reformilla del Estatuto que es lo que parece que se avecina, se convertiría en un auténtico movimiento de fichas real que atascaría el déficit de autogobierno que padece este trozo de territorio que se llama Cantabria. Comencemos desde ya este movimiento.
Eso sí, todo ello trufado de nuestra particular democracia orgánica: el pueblo no ha dicho ni media palabra.
Así reproduzco un post del blog paiscantabro que enuncia ese interés en cambiar el estatuto de autonomía respectivo, ahora que yo escribo en Campoó; y que respeto pero no comparto. Nuestra vida política necesita otras reformas, y algunos derribos.
Jueves, junio 29, 2006
Movimientos de fichas y el Estatuto de Autonomía
Parece que por fin se rompen las hostilidades por lo anunciado por el Presidente del Gobierno y lo recogido en los distintos medios de comunicación, en lo que a una reforma del Estatuto de Autonomía de Cantabria. Era algo que desde este blog cantabrista se venía pidiendo y demandando y que parece que va tomando forma algo que la mayoría social de los cántabros venía pidiendo y que ha sido comentario en pasados artículos.
Es por tanto, la hora de la política con mayúsculas. La hora de hablar del futuro de Cantabria, de su pleno autogobierno (Martínez Sieso dixit en 1.998), de su desarrollo y bienestar, del futuro de los más mozos y mozas. No de cambiar unos cuantos artículos de una ley orgánica que algunos llaman Estatuto. Y eso es lo que parece o la sensación que dan algunos partidos políticos del espectro político.
Hay que sentar las bases para empezar, de la definición de Cantabria en el marco del Estado español. Y no es otra que la de nacionalidad histórica, pero no porque la pidan Aragón (PSOE), Baleares (PP) o La Rioja (PP), sino por justicia y por realidad. No hay otro pueblo en la Península Ibérica con más historia, personalidad, cultura, identidad, presencia a lo largo de los siglos, que nuestra Cantabria. Podrá haber otros pueblos con tanta como Cantabria, pero nunca con más. Mal que les pese a ciertos pueblos que van de crecida por la vida avasallando. Y el pueblo cántabro, paciente como él sólo, debe decir basta. Ya que hay café para todos, para nosotros, un cortado, con poco café y mucha leche, de Cantabria naturalmente.
Niveles competenciales pueden ser los que marquen como máximos la propia Constitución de 1.978. No es cuestión de romper el marco de relaciones con el Estado, pero si de aprovechar al máximo los límites fijados por la Carta Magna, en provecho de Cantabria, y ojo, sin perjudicar a nadie, pues si hablamos de solidaridad con el resto de pueblos del estado, Cantabria también estaría en un lugar de honor en este tema.
El capítulo de financiación también cabría decir lo mismo: lo máximo, que parece ser el 50% del IRPF y otra serie de tributos por el estilo, serían bienvenidos, pero teniendo claro que la corresponsabilidad fiscal en este tema no significa sangrar al erario y la caja del Estado, sino pedir lo que es nuestro y que en justicia lo aportamos, y lo mas importante, que esa entrada de dinero debe significar optimizar los recursos, saber invertirlos y generar mucha más riqueza con el empleo de ese dinero en el fin último de que los cántabros vivan mejor, con una riqueza mejor repartida, y la calidad de vida esté a unos niveles muy superiores a los actuales.
Dejando claro este posicionamiento cantabrista, analicemos las posturas de cada partido político: el PRC, primero en mover ficha, quiere consenso (sólo tienen 8 de 39) pues ellos solos no pueden ni instar la reforma, el PSOE, aunque sólo sea por el impulso dado en otras Comunidades está cuasi obligado a mover ficha, pero lo preocupante es que lo hacen en plan "quedabien", no en clave de construir país; y por último, el PP, que solo asoman un poco la patuca, para decir que bien, que vale, pero todos de la mano y sin exagerar los planteamientos.
Traducción del blog: el PP tiene la llave de la reforma pues sin ellos, no hay dos tercios de los votos exigidos para sacar adelante la reforma, y como lo va a plantear en límites de mínimos, esto es, cambiando aquí un artículo, en otro lado una palabra, etc., va a obligar al resto de partidos a entrar en su juego si es que quieren algún tipo de reforma del Estatuto. Fuera de la raya de 12 metros que va a trazar el PP, no va a haber tirada de bolos posible a mayores cotas de autogobierno y bienestar.
Y la cosa está clara: o se acepta una reforma alicorta de mínimos para quedar bien y cubrir el expediente, por consenso y con fotos de todos mas majos que las pesetas, o bien se va a una apuesta decidida por Cantabria en la que el PP en Cantabria actual, dada su fobia por Cantabria, no entraría, e implicaría que sacar adelante esa propuesta real y de futuro por Cantabria en la próxima legislatura y en función de unos resultados electorales que precisan para superar los dos tercios exigidos que el PP no superara los 13 diputados de los 18 actuales.
No sabemos desde este blog que carece de contactos con las Anjanas para conocer los vaticinios, pero si el pueblo toma nota, se conciencia, y ese votante del PP comprometido con Cantabria, que ya decimos que le hay, castiga con rotundidad al PP hasta bajar a 13 diputados, una reformilla del Estatuto que es lo que parece que se avecina, se convertiría en un auténtico movimiento de fichas real que atascaría el déficit de autogobierno que padece este trozo de territorio que se llama Cantabria. Comencemos desde ya este movimiento.
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