¿Quién está denunciando en España la transformación de la democracia en una oligarquía, en la que ya no es el pueblo quien manda, sino las elites de los grandes partidos políticos dominantes? ¿Quién ha denunciado, por ejemplo, que el Estatut de Cataluña ha sido un torpedo letal lanzado desde el mismo gobierno sobre la linea de flotación de la democracia, que consagra la violación de la igualdad y la solidaridad garantizadas por la Constitución? ¿Alguién ha denunciado que los poderes básicos del Estado ya no son independientes ni autónomos en España, o que la sociedad civil española agoniza en estado de coma, o que las listas cerradas y bloqueadas han arrebatado al ciudadano su derecho a elegir libremente a sus representantes, sagrado en democracia y garantizado por la Constitución? ¿Alguién se ha rebelado cuando desde la Fiscalía del Estado se ha defendido la terrible tesis de que las leyes deben aplicarse de acuerdo con ciertos intereses que, por desgracia, suelen ser políticos?
Ante los ojos de todos, el sistema ha sido cuidadosamente profanado y degradado. Los ciudadanos han sido apartados de los procesos de decisión. Los partidos políticos lo controlan todo y sus elites han sustituido al ciudadano como soberanos del sistema, desvirtuando la democracia y convirtiendola en una vulgar oligocracia de partidos. Sólo algunos luchadores solitarios, con medios ridículos, están denunciando la fechoría, pero sus gritos apenas tienen decibelios y no pueden ser oidos en una sociedad alienada, confundida y narcotizada desde el poder, que, además, es culpable de cobardía.
Todos guardan un silencio cómplice y cobarde y todos somos culpables, pero no todos en la misma medida ni con la misma intensidad.
jueves, 17 de mayo de 2007
silencios cómplices
lúcido análisis de la oligarquía política en Voto en Blanco:
Etiquetas:
democracia,
oligarquía de partidos
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