Aunque la palabra abstención -privarse de tener- no pertenece en exclusiva al vocabulario político, al contrario de lo que le sucede a su sinónima abstinencia respecto del religioso o moral, sin embargo es en su acepción política donde antaño cobró dimensiones ideológicas con el anarquismo, y ahora muestra su incapacidad para designar la conducta de los que, sin asomos de acracia ni de indiferencia, no acuden a las urnas para no ser cómplices de un fraude electoral.
Dada la cantidad de personas que no se toman la molestia de votar en el sistema proporcional de listas de partido, se hace necesario distinguir, con una palabra nueva, la posición activa o la actitud positiva de quienes no solo se abstienen de participar en el actual simulacro de votar sin elegir, sino que hacen campaña pública para que ninguna persona decorosa tome parte en tal superchería, pues es el modo más fácil de poner fin al engaño y de restablecer la manera tradicional de elegir un solo diputado por distrito.
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