Los empleados públicos no sólo son menos productivos "que los del sector privado. También se sitúan por debajo de los funcionarios de los grandes países europeos y de los de EEUU. Su impacto ya es sensible en el PIB.
Así, en 2003, último año del que se han podido plasmar datos cerrados en el estudio, “la productividad del sector privado superó los 35.000 euros de 1995 por empleado (un aumento del 49% en el periodo [desde 1980]), mientras que la del sector público no llegaba a los 28.000 (reflejando un aumento del 16%).
La conclusión final es que “la productividad del sector privado ha aumentado en este periodo 35 puntos porcentuales más que la del sector público”. La divergencia es aún más llamativa si se toma como base de la comparación la productividad de la rama de Administración Pública y Defensa, donde sólo se ha conseguido un incremento de un 13% en los últimos 25 años.
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