Artículo de Antonio García-Trevijano en Diario de La República Constitucional
La necesidad de elecciones representativas de los gobernados responde a la exigencia funcional de generar cambios o renovaciones de gobierno, y de clase política, para que la evolución social se traduzca, continuamente, en modos coherentes de administrar el Estado, por agentes selectos de la sociedad política emergida de la sociedad civil. Si el concepto de clase política se identifica con el de clase estatal, como sucede en el Estado de Partidos, los procesos electorales no son más que mecanismos automáticos de perpetuación de la clase gobernante y legisladora, sin que ningún grado de libertad selectiva en los votantes pueda alterarlos.
El hecho de votar sin la capacidad de elegir representantes personales y responsables, sino únicamente con la facultad de optar entre partidos estatales irresponsables, manifiesta la degeneración de la funcion electoral cuando ésta no deriva de la libertad política. En la partidocracia, el escrutinio proporcional asegura a los partidos la propiedad del Estado, y al partido gobernante, la administración de esa post-fascista comunidad de propietarios. Dos factores amenazan la estabilidad de esta comunidad, impropiamente llamada sociedad política: la mayoría absoluta en las votaciones y la abstención ciudadana. El primero introduce la dictadura temporal de partido y reduce el rol de los partidos nacionalistas. El segundo, el más temido por el Régimen, deslegitima la partidocracia.
El proceso electoral que culminará el 9 de marzo ha añadido -a la degeneración genética del sistema de listas de partidos estatales- la corrupción devenida por la oferta de compra masiva de votos, con cargo al erario público, realizada por los dos partidos gubernamentales. La degeneración del propio sistema electoral se hace patente con solo imaginar que sus mismos resultados se podrían obtener, de modo más sensato y barato, si lo elegible no fueran listas de candidatos, sino los jefes de cada partido. Cada uno obtendría así su porcentaje de escaños en las Cortes y de poderes en el Estado. Y con arreglo a esa cuota, sin necesidad de más urnas, nombraría después libremente a los diputados y senadores de su partido, para que cumplan las tareas anticonstitucionales, como hacen hoy, bajo el mandato imperativo del que los nombra.
florilegio “Si generar es la acción de llegar a ser y degenerar, la de dejar de ser; si solo es degenerable lo generado; no es la libertad politica, que aun no ha llegado a ser europea, la que se corrompe con el escrutinio proporcional, sino el sistema electoral, que ha dejado de ser representativo de la sociedad civil”.
El hecho de votar sin la capacidad de elegir representantes personales y responsables, sino únicamente con la facultad de optar entre partidos estatales irresponsables, manifiesta la degeneración de la funcion electoral cuando ésta no deriva de la libertad política. En la partidocracia, el escrutinio proporcional asegura a los partidos la propiedad del Estado, y al partido gobernante, la administración de esa post-fascista comunidad de propietarios. Dos factores amenazan la estabilidad de esta comunidad, impropiamente llamada sociedad política: la mayoría absoluta en las votaciones y la abstención ciudadana. El primero introduce la dictadura temporal de partido y reduce el rol de los partidos nacionalistas. El segundo, el más temido por el Régimen, deslegitima la partidocracia.
El proceso electoral que culminará el 9 de marzo ha añadido -a la degeneración genética del sistema de listas de partidos estatales- la corrupción devenida por la oferta de compra masiva de votos, con cargo al erario público, realizada por los dos partidos gubernamentales. La degeneración del propio sistema electoral se hace patente con solo imaginar que sus mismos resultados se podrían obtener, de modo más sensato y barato, si lo elegible no fueran listas de candidatos, sino los jefes de cada partido. Cada uno obtendría así su porcentaje de escaños en las Cortes y de poderes en el Estado. Y con arreglo a esa cuota, sin necesidad de más urnas, nombraría después libremente a los diputados y senadores de su partido, para que cumplan las tareas anticonstitucionales, como hacen hoy, bajo el mandato imperativo del que los nombra.
florilegio “Si generar es la acción de llegar a ser y degenerar, la de dejar de ser; si solo es degenerable lo generado; no es la libertad politica, que aun no ha llegado a ser europea, la que se corrompe con el escrutinio proporcional, sino el sistema electoral, que ha dejado de ser representativo de la sociedad civil”.
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