Comenté con David -en Facebook- que podía colgar su carta a los Reyes Magos en mi blog, y a el le pareció bien. Así que ahora la transcribo:
Queridos Reyes Magos de Oriente:
Os escribo como todos los años para pediros la lista de regalos solo para mi. Así me lo enseñaron desde que era un niño y ahora, que ya he pasado la Universidad y mi mujer espera un bebé, yo también se lo enseñaré de este modo a mi hijo. Ya sé que vosotros entregáis regalos a todos los españoles, supongo que este año traeréis al menos un millón de retratos de Fernando Alonso, dos millones de maquetas de coches Fórmula Uno, 500.000 raquetas firmadas por Nadal, y tres millones de televisores de plasma; pero yo quiero que mi regalo, además de ser solo para mí, sea exclusivo, único. He pensado mucho durante este año, no creais que me ha sido fácil.
Lo que yo os pido para el 2008 es clemencia. Sí, clemencia para mí y para mi familia. Mirad, mi mujer y yo trabajamos diez horas al día y destinamos el 80% de nuestro sueldo a pagar la hipoteca de un piso de 70 metros cuadrados. La inflación ha subido hasta el 4.1% siendo la tercera peor de Europa, sólo por delante de Eslovenia e Irlanda, por lo que tras pagar la hipoteca no sabemos cómo podremos pagar la guardería que expropiará a nuestro bebé con solo seis meses. Si el Banco Central Europeo decide subir los tipos de interés para reducir la inflación la principal actividad económica de España, la construcción, se verá todavía más afectada de lo que está por el exceso en un 30% de la oferta de pisos, que dicho sea de paso, son pequeños y de muy mala calidad. La posibilidad de un cambio de ciclo, es decir, que otra actividad económica, no basada en el endeudamiento familiar para el consumo, pueda salvarnos la cena de fin de año del 2008, es muy remota ya que sólo un 35% de las empresas españolas llevan una actividad de innovación y de éstas sólo un 5% tienen como socio a la Universidad. Otra vez a la cola de Europa, muchísimo peor que Portugal. Como a pesar de esto, los políticos se han vuelto a subir el sueldo, han aprobado una ley para cobrar una pensión si los diputados no son vueltos a ser elegidos, pueden cobrar más dinero por cada voto que reciben, y los cargos para políticos no cesan de aumentar con la excusa de la federación de naciones, mi mujer y yo, no tenemos muchas esperanzas en que cambien las cosas. Por eso sé que este año empezaréis a repartir carbón y lágrimas entre los españoles, y que el año que viene prácticamente cada hogar no relacionado con la cúpula de un partido político, los tendrá de postre cada final de mes.
No os he dicho todavía quién me enseñó que a los Reyes Magos había que pedirles sólo aquello que uno quisiera para si. Fue mi abuelo republicano, quien murió en el campo de concentración francés de Gurs en 1945 tras haber luchado desde Sierra Nevada hasta los Urales contra el fascismo. Le encerraron allí acabada la guerra mundial por sospechoso. Antes de morir mi abuelo escribió una carta a mi abuela en la que le decía que si pudiera pedir una cosa a los Reyes Magos de Oriente para Europa, les pediría que trajeran la libertad política, aunque eso sólo se le podía pedir a los pueblos. Si yo pudiera pedir algo a los españoles, en vez de incienso, oro y mirra , les pediría separación de poderes, elección uninominal en distritos pequeños y mandato imperativo.
Os escribo como todos los años para pediros la lista de regalos solo para mi. Así me lo enseñaron desde que era un niño y ahora, que ya he pasado la Universidad y mi mujer espera un bebé, yo también se lo enseñaré de este modo a mi hijo. Ya sé que vosotros entregáis regalos a todos los españoles, supongo que este año traeréis al menos un millón de retratos de Fernando Alonso, dos millones de maquetas de coches Fórmula Uno, 500.000 raquetas firmadas por Nadal, y tres millones de televisores de plasma; pero yo quiero que mi regalo, además de ser solo para mí, sea exclusivo, único. He pensado mucho durante este año, no creais que me ha sido fácil.
Lo que yo os pido para el 2008 es clemencia. Sí, clemencia para mí y para mi familia. Mirad, mi mujer y yo trabajamos diez horas al día y destinamos el 80% de nuestro sueldo a pagar la hipoteca de un piso de 70 metros cuadrados. La inflación ha subido hasta el 4.1% siendo la tercera peor de Europa, sólo por delante de Eslovenia e Irlanda, por lo que tras pagar la hipoteca no sabemos cómo podremos pagar la guardería que expropiará a nuestro bebé con solo seis meses. Si el Banco Central Europeo decide subir los tipos de interés para reducir la inflación la principal actividad económica de España, la construcción, se verá todavía más afectada de lo que está por el exceso en un 30% de la oferta de pisos, que dicho sea de paso, son pequeños y de muy mala calidad. La posibilidad de un cambio de ciclo, es decir, que otra actividad económica, no basada en el endeudamiento familiar para el consumo, pueda salvarnos la cena de fin de año del 2008, es muy remota ya que sólo un 35% de las empresas españolas llevan una actividad de innovación y de éstas sólo un 5% tienen como socio a la Universidad. Otra vez a la cola de Europa, muchísimo peor que Portugal. Como a pesar de esto, los políticos se han vuelto a subir el sueldo, han aprobado una ley para cobrar una pensión si los diputados no son vueltos a ser elegidos, pueden cobrar más dinero por cada voto que reciben, y los cargos para políticos no cesan de aumentar con la excusa de la federación de naciones, mi mujer y yo, no tenemos muchas esperanzas en que cambien las cosas. Por eso sé que este año empezaréis a repartir carbón y lágrimas entre los españoles, y que el año que viene prácticamente cada hogar no relacionado con la cúpula de un partido político, los tendrá de postre cada final de mes.
No os he dicho todavía quién me enseñó que a los Reyes Magos había que pedirles sólo aquello que uno quisiera para si. Fue mi abuelo republicano, quien murió en el campo de concentración francés de Gurs en 1945 tras haber luchado desde Sierra Nevada hasta los Urales contra el fascismo. Le encerraron allí acabada la guerra mundial por sospechoso. Antes de morir mi abuelo escribió una carta a mi abuela en la que le decía que si pudiera pedir una cosa a los Reyes Magos de Oriente para Europa, les pediría que trajeran la libertad política, aunque eso sólo se le podía pedir a los pueblos. Si yo pudiera pedir algo a los españoles, en vez de incienso, oro y mirra , les pediría separación de poderes, elección uninominal en distritos pequeños y mandato imperativo.
Blogged with Flock
No hay comentarios:
Publicar un comentario