Interesante texto -con propuesta incluida- publicado en Voto en Blanco:
"Don Mariano Rajoy ha demostrado su acierto y su error al prescindir de Alberto Ruiz Gallardón y de Esperanza Aguirre como escoltas en la lista por Madrid en las inevitables elecciones de Marzo.
Si hubiera accedido a sus ofertas de arroparlo, los sagaces observadores del resultado habrían coincido en que la victoria se debió a los dos adláteres, en caso de ganar, y no habrían culpado a los acólitos, en caso de derrota.
Pero a Rajoy, persona tenida por ecuánime, le ha faltado la chispa de la genialidad para no defraudar a sus dos fieles escuderos ni a sus seguidores. Debería haber aceptado sus pregonadas capacidades de ganadores de comicios, utilizándolos como adalides de su partido en confrontaciones electorales lejos de Madrid, pero al frente de listas cuyos triunfos sean decisivos para la victoria general.
Los israelitas, en un momento similar, acertaron al nombrar a David su paladín, frente al Goliat filisteo.
Si el triunfo del Partido Popular está asegurado con la victoria de sus candidaturas en Andalucía y Cataluña, ¿por qué no envió Rajoy a Esperanza Aguirre como su adalid para derrotar a Manuel Chaves en las autonómicas andaluzas y a Ruiz Gallardón para encabezar la lista de Barcelona en las generales?"
Ocasión perdida para todos, porque el de ganar elecciones es el mejor servicio de Aguirre y Gallardón a su partido y a la Patria. Deberían ser candidatos profesionales a elecciones difíciles, ocupar el cargo conseguido el tiempo mínimo legal exigible, dimitir y preparse para la siguiente elección.
Evidentemente, don Mariano Rajoy será un buen aficionado al ciclismo y posiblemente llegue a ser un buen presidente del gobierno de España, pero carece del toque de la genialidad para la política" .
"Don Mariano Rajoy ha demostrado su acierto y su error al prescindir de Alberto Ruiz Gallardón y de Esperanza Aguirre como escoltas en la lista por Madrid en las inevitables elecciones de Marzo.
Si hubiera accedido a sus ofertas de arroparlo, los sagaces observadores del resultado habrían coincido en que la victoria se debió a los dos adláteres, en caso de ganar, y no habrían culpado a los acólitos, en caso de derrota.
Pero a Rajoy, persona tenida por ecuánime, le ha faltado la chispa de la genialidad para no defraudar a sus dos fieles escuderos ni a sus seguidores. Debería haber aceptado sus pregonadas capacidades de ganadores de comicios, utilizándolos como adalides de su partido en confrontaciones electorales lejos de Madrid, pero al frente de listas cuyos triunfos sean decisivos para la victoria general.
Los israelitas, en un momento similar, acertaron al nombrar a David su paladín, frente al Goliat filisteo.
Si el triunfo del Partido Popular está asegurado con la victoria de sus candidaturas en Andalucía y Cataluña, ¿por qué no envió Rajoy a Esperanza Aguirre como su adalid para derrotar a Manuel Chaves en las autonómicas andaluzas y a Ruiz Gallardón para encabezar la lista de Barcelona en las generales?"
Ocasión perdida para todos, porque el de ganar elecciones es el mejor servicio de Aguirre y Gallardón a su partido y a la Patria. Deberían ser candidatos profesionales a elecciones difíciles, ocupar el cargo conseguido el tiempo mínimo legal exigible, dimitir y preparse para la siguiente elección.
Evidentemente, don Mariano Rajoy será un buen aficionado al ciclismo y posiblemente llegue a ser un buen presidente del gobierno de España, pero carece del toque de la genialidad para la política" .
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