...el juez Bermúdez no despeja la incógnita de la autoría intelectual, deja abiertas todas las puertas al misterio de la identidad de esa mano negra que diseñó y dirigió unos atentados que han cambiado de raíz la Historia de España, sin duda porque se ha limitado a juzgar de acuerdo con el material probatorio aportado por un sumario mal instruido, y no está en la naturaleza del trabajo de Bermúdez y sus compañeros de terna realizar una investigación que era competencia del patético Del Olmo.Ello aclarado, está en nuestra condición de hombres libres y espíritus independientes no conformarnos, no resignarnos, obligarnos a ir más allá de lo que dice la sentencia. La pregunta sigue en pie: ¿Quién decidió atentar? ¿Quién movió los hilos? ¿Quién manejó a los asesinos? ¿Por qué eligió hacerlo, con precisión de relojero suizo, tres días antes de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004? Seguimos sin conocer la clave de una matanza que ha cambiado no solo la política, sino incluso la sociedad española. Desde este punto de vista, la investigación sigue abierta, lo cual no tiene nada que ver con la paranoia de una “conspiración” capaz de mezclar en un inextricable totum revolutum a ETA, a mina Conchita y a la suegra de Jamel Zougam.
Sigo pensando que el 11-M fue un típico atentado de servicios secretos, del que deben saber algo en Rabat y muy probablemente también en la famosa Piscina parisina, sede de los espías galos. En este sentido, la sentencia de ayer se limita a condenar a la ‘mano de obra’ que ejecutó la matanza, material de derribo humano que en su mayoría se “suicidó” en Leganés, de acuerdo con el manual de operaciones de todo servicio secreto que se precie.
Me parece por ello pertinente lamentar la falta de interés del Gobierno y de los servicios secretos españoles para conocer esa autoría intelectual. Ningún pueblo que se precie de su libertad y se manifieste dispuesto a defenderla puede tolerar la ignominia colectiva que supondría ser burlado hasta el punto de no llegar a esclarecer en su totalidad una matanza de esta magnitud. Es precisamente esa indisimulada prisa de Rodríguez Zapatero por echar tierra sobre el 11-M y declarar el caso cerrado lo que nunca podremos perdonarle a él y a su Gobierno.
vía Reggio
jueves, 1 de noviembre de 2007
¿quien decidió atentar?
Hoy escribe, en El Confidencial, Jesús Cacho sobre la sentencia del 11-M:
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Comments by IntenseDebate
Etiquetas:
Jesús Cacho,
sentencia 11-M
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